Que el surrealismo poético no es algo monolítico y uniformizado lo demuestra la escritura exuberante de Aimé Césaire, poeta de la isla de la Martinica. Su obra vibrante, colorista y cósmica supo tomar el pulso al feroz paisaje del trópico con su exótica flora y fauna, sus inmisericordes volcanes y sus caudalosos ríos. El latir selvático de la madre África corre por las venas de sus amplísimos versos que a veces se embalsan para formar enormes párrafos de texto automático que rompe el corsé de la puntuación para saltar por los aires en una supernova de imágenes delirantes. La escritura automática en su vertiente más selvática. El surrealismo adaptado al trópico y enraizado en el fértil humus de la cultura africana.
Pero además Césaire fue un luchador social contra el colonialismo y sus empobrecedoras consecuencias para los pueblos del llamado entonces Tercer Mundo. En efecto, el poeta martiniqués intentó unir a la población negra francófona alrededor del concepto de la “negritud”, un concepto inventado por él y con el cual reivindicó la dignidad de la cultura negra africana ninguneada por los colonizadores europeos. Harto conocido es el hecho de que Césaire era amigo del que fuera presidente de Senegal, el también poeta Leopold Sengor, con quien compartía el ideal de la defensa de la “negritud”. Ligado en sus orígenes al Partido Comunista Francés, dejó el partido para centrarse en su lucha contra el colonialismo y llegó a ser alcalde de la capital del Departamento de la Matinica para el cual pidió una autonomía a París. Su legado político sigue vivo hoy día en la lucha de los BRICS contra el orden mundial dominado por occidente.
De este telúrico poeta martiniqués se disertará en la enésima (el Piojo Eléctrico ya ha perdido la cuenta) Delicia Surrealista el jueves 27 de noviembre a las 20.30 en la librería de la Delicia de Leer (c/ Juan Agapito y Revilla, 10, Valladolid). Quien quiera oír cómo ruge la marabunta en lo más profundo del poema puede dejarse caer por allí.
[ Cortesía de El Batiscafo Rojo ]
BLUES DE LA LLUVIApor Aimé CésaireAguaceroBello músicoAl pie de un arbol desvestidoEntre las armonias perdidasCerca de nuestras desencuadernadas memoriasEntre nuestras manos de derrotaY pueblos de extraña fuerzaDejamos colgar nuestros ojosY nacienteDesenrollando el cordon de un dolorSollozamos.
“Luz de la selva” por Wifredo Lam